by: Zoë McHenry, Escritora para Puentes para la Paz
“¿De donde vienen las verduras?”
Es la pregunta que todos los padres escuchan en la mesa, a menudo seguida de una mueca dramática de los niños pequeños que no están seguros de qué es exactamente lo que hay en su plato.
“De la tierra” no suele ser una respuesta lo suficientemente convincente para las mentes jóvenes curiosas. Pero ahora, gracias a científicos israelíes, los padres pueden responder simplemente: “¡De debajo del agua!”.
Sí, debajo del agua. Imagina la cara de confusión de tu hijo. “¿Bajo el agua?”, preguntará. Puedes decirle con seguridad que sí, es posible. Un equipo de científicos, dirigido por el profesor Amit Gross, de la Universidad Ben-Gurión del Néguev, ha sido pionero en cultivar plantas debajo del agua en una relación simbiótica única con los peces.
Si bien los niños pequeños suelen estar más preocupados por evitar las verduras que por la escasez mundial de alimentos, la realidad es dura: las fuentes alimentarias a nivel mundial están bajo una enorme presión.
Las emisiones de gases de efecto invernadero, los desechos masivos, el calentamiento global y el aumento de la población, han dado lugar a un escenario alimentario inestable. Para abordar esta creciente crisis, investigadores israelíes han desarrollado un sistema acuapónico avanzado: una combinación de acuicultura (cría de peces) e hidroponía (cultivo de plantas en agua). En lugar de los métodos de cultivo tradicionales que utilizan el suelo, este sistema permite que peces y plantas crezcan juntos, creando una fuente de alimento más eficiente y sostenible.
“Alimentar a los más de 8 mil millones de personas del planeta y, al mismo tiempo, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero requiere tecnologías innovadoras”, declaró Gross, según cita el periódico Haaretz. “El pescado es una fuente de proteínas sostenible y de alta calidad, y la combinación del crecimiento de peces con la producción vegetal evita el desperdicio. Es un triple beneficio”.
El sistema funciona en un ciclo natural y recíproco. Los peces, en concreto el barramundi australiano, producen desechos ricos en nutrientes que se convierten en un fertilizante natural para las plantas. Las plantas, a su vez, purifican el agua para los peces. ¡Tarán!
Pero hay algo mejor. Este sistema es mucho más eficiente que la acuaponía tradicional, que suele generar un exceso de residuos. Mediante el método desarrollado en la Universidad Ben-Gurión, las bacterias descomponen los residuos, convirtiéndolos en metano, un gas de efecto invernadero sin control, pero que supone una fuente de energía cuando se aprovecha. ¿El resultado final? ¡Peces, verduras y energía extra, todo de una vez!
Así que la próxima vez que tu hijo te pregunte de dónde vienen las verduras, puedes decirle: “¡De debajo del agua!” y saber que, gracias a Israel, no es solo una respuesta inteligente, sino una visión de futuro de las fuentes alimentarias sostenibles.
Publicado en abril 1, 2025
Fuente: Artículo (“Fish and Veggies: From an Underwater Relationship to Your Table”) del Dispatch from Jerusalem (Despacho desde Jerusalén) de abril 2025
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